Cada maestrillo tiene su librillo y hay muchas guías e indicaciones a la hora de diseñar un cuadro de mandos, como estructurarlo, uso de colores, tipos de gráficos recomendados, etc. Con el paso del tiempo te das cuenta de que hay cuestiones y situaciones que debes evitar porque solo traen dolores de cabeza, cuadros que nunca terminas e insatisfacción.
No puedes hacer feliz a todo el mundo
No te recomiendo plantear un diseño muy ambicioso con un mega cuadro de mandos dirigido a muchas personas, tienes que ser realista. Cada usuario tiene unas necesidades diferentes, le interesan vistas diferentes y sus objetivos son diferentes.
Diseña los cuadros para una persona específica, que sea quien plantea los requisitos y adapta el diseño para que le resulte intuitivo y fácil de usar. Si el cuadro de mandos lo van a utilizar más personas, esta persona debe ser la interlocutora que consensue y precise los objetivos y funcionalidades del cuadro.
Definir el objetivo y hacer foco en él
Un cuadro de mandos debe responder a diferentes preguntas y además hacerlo en una única vista o pantalla. ¿Qué quieres medir? ¿Quiénlo va a usar y con qué objetivo? ¿qué quieren poder analizar?
Antes de empezar, tu cliente (interno o externo) tiene que especificar el objetivo y el alcance, no dejarlo al aire, sin especificar y sin tener claro qué quiere. Si todavía no sabes las respuestas y no está definido el cuadro, ¿cómo vas a hacerlo? ¿hacia dónde te diriges?
Reúnete, define el cuadro y establece todo lo que debe incluir, ¡haz un boceto con papel y lápiz! y que ambas partes tengan claro cuál debería ser el resultado cuando hayas terminado el diseño del cuadro.
¿Qué quieres o qué necesitas?
Esta pregunta es posiblemente la que más repito cuando me reúno para definir un cuadro de mandos. Como diseñador, es tu trabajo entregar lo que quiere, pero a veces el usuario no sabe lo que quiere. Por este motivo es importante hacer reflexionar al usuario para que se pregunte si eso que está pidiendo lo necesita porque resuelve su problema o porque ha visto algo parecido en otro sitio o en otro cuadro de mandos.
Pero te aviso, no es fácil hacer cambiar de idea a un usuario cuando quiere algo, independientemente de que sea útil o no. En lugar de buscar el enfrentamiento, trata de que sea un trabajo en cooperativo y que sienta que forma parte del proceso: Pregúntale y averigua cuál es su problema, plantea cómo podrías resolverlo con un cuadro de mandos, ofrece soluciones a sus necesidades y aclara las limitaciones que pueden existir.
Al final cada persona es diferente y por tanto cada proyecto también lo es, pero un cuadro de mando debe ser una herramienta que les ayude y tú como diseñador tiene que conocer el objetivo para asegurarte de que les va a ayudar.