Esta semana hablo de un elemento esencial para una tienda online y es que no vale con poner una foto tal cual del producto.
Dentro de una tienda online, las imágenes o fotografías de los productos cumplen una función muy importante, la de “tangibilizar” aquello que vendemos. Cuando un cliente visita la web, no puede hacer lo mismo que una tienda, coger el producto, tocarlo, verlo por todos los lados, etc. En una página web, el elemento más parecido a esto, son las imágenes que ponemos en la ficha del artículo. Por eso son tan importantes y hay que encargarse de que no sean una mera fotografía mal echada y de mala calidad.
El objetivo está claro, conseguir fotografías que sean lo más parecido a tocar un producto. Para ello debemos cuidar aspectos como el fondo de la fotografía, usar una iluminación y tonalidad adecuada, tomar fotografías desde diferentes ángulos y planos cercanos para ver detalles concretos de los productos. Se puede ir mucho más allá, con fotografías de otros colores o combinaciones, fotografías para hacer montajes de 360º (en las webs de Inditex suelen hacerlo con zapatos y queda genial) o incluso realidad aumentada.
Todo este trabajo se debe trasladar a la web cumpliendo además ciertas condiciones, que sea fácil navegar entre las imágenes, que se puedan ver ampliadas y que también e estén optimizadas en cuanto al tamaño para hacer más rápida la carga y no consumir todo el espacio de alojamiento.
Es muy probable que este trabajo no se puede llevar a cabo desde la propia empresa, porque no se disponga del equipo fotográfico, medios técnicos o conocimientos. En ese caso, la mejor opción es externalizar este trabajo a profesionales, algo que tenemos que ver como una inversión que nuestros clientes agradecerán al visitar nuestra tienda online y facilitará que se decidan a comprar.